Todo negocio, para desarrollarse, se ha de enfrentar a obstáculos, y algunos de los más difíciles de solventar son los “no”. Ya sea en la creación de la empresa, en la obtención de recursos o en las ventas hacia el cliente, la aparición de negativas y objeciones forman parte de dicho proceso.
Es por eso que es tan importante saber manejarlos. Entender que lo que ofrecemos no necesariamente es lo que quiere el cliente, que no es lo busca, que no le convence.
La creencia en el producto propio debe entonces ser un recurso esencial para poder comunicarlo y conseguir compradores. Así como la paciencia y la consciente formación que se requiere para ser vendedor.