Muchas veces hemos escuchado que para llegar a ciertas metas “hacen falta líderes”. En ocasiones hay buenas intenciones hacia determinado fin, pero falta alguien que encabece las estrategias y rutas a seguir. Alguien que se muestre como paradigma de acción.
Debemos partir por preguntarnos ¿qué es ser líder? Es quien motiva, influye a más gente para inspirarle a actuar. Es alguien que sabe pedir, poniendo el ejemplo.
Mucho se ha hablado de cómo un líder se distingue de un jefe, sin importar su edad, si es hombre o mujer, o su nivel socioeconómico. El liderazgo corresponde a una actitud, o serie de actitudes, que van completamente de la mano de la COOPERACIÓN.
NO SOPORTO A QUIEN SOLO ME DA ÓRDENES EN EL TRABAJO
Desgraciadamente, una enorme cantidad de personas relacionan a sus empleadores con el despotismo, la exigencia desmedida, la falta de escucha o de empatía.
Un jefe deja clara su jerarquía, aun cuando esta solo exista en su cabeza. Hay quien solo se limita a ordenar mediante gritos, insultos, amenazas, humillaciones, comentarios peyorativos, pero ¿sabes? eso solo obedece a una terrible inseguridad. Un individuo que tenga que estarse reafirmando ante los demás, dejando “clara” su autoridad y sembrando miedo, más que confianza, entre la gente con que labora, difícilmente conocerá las bondades que otorga la armonía.
Y ni qué decir del término “patrón”. Es aun peor. Proviene del latín patronus y a su vez deriva de pater, que se relaciona con la idea de un padre. Es, por lo tanto, alguien que tiene una mayor autoridad sobre el empleado, a quien debe indicarle el camino a seguir, y bien puede “castigarle” si falta en sus deberes. El trabajador debe verle con sumisión y obediencia plena.
Bien podrías alegar al respecto “pero también un padre se entiende como un protector o un modelo, es decir, es alguien “bueno””. Efectivamente, concedemos razón en ello, aunque aquí también conviene entonces voltear a ver al trabajador con relación a su patrón. El empleado es un niño que requiere cuidados, ser guiado por esa persona, patrón o patrona, que es quien conoce más, quien tiene preparación, experiencia, quien, por lo tanto, sacará a ese pequeño niño de la ignorancia y logrará su admiración, respeto o miedo. Y la verdad, si acaso ves a tus empleados como “niños”, dudo mucho de la solidez de tu equipo.
Este concepto surge principalmente después de la Revolución Industrial, donde el burgués tenía todo derecho sobre el obrero, sin importar si incluso atentara (y vaya que lo hacían) contra la propia humanidad de este último. Que no nos extrañe por lo tanto por qué la rebeldía y hartazgo de los obreros.
Ahora, si algo es un hecho es que, cualquiera de estos términos (jefe, patrón, líder) tiene que ver con una idea de superioridad.
LA SUPERIORIDAD DE UN LÍDER
El patrón se impone a través de dar instrucciones como si fuese un padre, muchas veces autoritario. El jefe se coloca (y en bastantes ocasiones, se auto coloca) en un estatus más alto que los demás, sin permitir el diálogo ni mucho menos la crítica. En ambos casos, su nivel superior va acompañado del miedo que infunde.
La gran diferencia con el líder, es que lo que suele conseguir es RESPETO. Y que no se confunda con temor. El respeto es el resultado de una consciente admiración, confianza y simpatía, aunque esto último pueda creerse intrascendente.
No es lo mismo decir “¡obedece!” a “ayúdame”, o aún más, “colabora conmigo”. Las dos últimas frases se distinguen de la primera en un sentido psicológico en que el empleado se asume como alguien importante (y lo es) para desempeñar cierto papel.
Es otorgar confianza, una vez más, con base en las capacidades y/o habilidades de quien trabaja, porque de hecho ese es en sí mismo el significado de trabajo. Trabajar es crear. Y qué mejor que la creación esté precedida de la cooperación, de la combinación de diversos talentos que lograrán construir obras y visiones variopintas, más que solo tener una suerte de “manada” obediente y atemorizada.
¿Eres un jefe o jefa déspota? ¿Eres patrón o patrona con toda la autoridad, incluso hasta violenta, sobre los demás? Puede que alcances objetivos exitosos, sobre todo en el ámbito económico, pero ¿sabes algo? dudo que confíen en ti. Es muy probable que tengas varios enemigos silenciosos (y ojo, a veces no tan silenciosos) quienes pueden representarte un verdadero problema con graves consecuencias.
El empleado espera ser recomendado por el empleador. ¿Por qué no esperar que también te recomienden como líder? Que se diga de ti que es un gusto, un placer trabajar contigo. Que cuentas con un carácter armonioso, afable, empático. Que no descuidas las tareas a realizar pero además otorgas credibilidad porque también las llevas a cabo. Sabes pedir porque sabes hacer.
Verás entonces que tu empresa tendrá equipos cooperativos, que predomina el respeto y se orienta hacia la creatividad. Que todos se asumen como grupo y, por ello, se genera identidad.
Sé un líder, y para serlo, sé humilde, que lejos, muy lejos de ser “débil”, es sinónimo de seguridad en sí mismo.
REFERENCIAS
https://capitalismoconsciente.es/blog/liderazgo-y-trabajo-en-equipo-conceptos-complementarios/
https://concepto.de/liderazgo-2/