Siempre hay una primera vez, pero SOLO hay una primera vez.
¿Recuerdas ese primer día en que viste a una persona que de inmediato te gustó, ya sea que hayas formado o no una relación? (Por supuesto que si fue el caso es aún más significativo). ¿Recuerdas el primer momento en que te encontraste con quien a la postre se convirtió en tu mejor amigo/a? Es, sin duda, un recuerdo que vale la pena rescatar; es un interesante ejercicio de memoria, mismo que nos puede servir para analizar por qué esa persona llegó a ser tan importante en nuestra vida.
¿Has pensado en la impresión que causas en circunstancias trascendentes? Porque, repitamos, ese instante es ÚNICO, por lo que bien merece la pena volverlo inolvidable.
COMO TE VES TE SIENTES
He oído demasiadas veces la frase “Como te ven te tratan” y me parece incómoda, molesta e innecesaria. Es como si el fin esencial para cuidar tu apariencia fuese recibir la aprobación o el “buen trato” de los demás. Prefiero, en definitiva, aplicar la frase expresa en el subtítulo: “Como te ves te sientes”, pues es un reflejo de autenticidad, de comodidad y de procurar a tu propia persona.
Por supuesto que, en pro de esa primera impresión (que puede ser planeada o espontánea) conviene proyectar una buena imagen, pero, y haciendo hincapié en no caer en lo contradictorio, no es por “servir” a los demás o “quedar bien” de manera forzada, sino que sea una respuesta a esa sensación, o serie de sensaciones, de auto bienestar.
¿Te sientes cómodo/a? Haz que eso se mire en tu persona. Transmite aquello que quieres que a su vez regrese a ti, más aún cuando tu objetivo se encuentra alrededor de lograr relaciones interpersonales.
CÓMO HACER PARA QUE ESA PRIMERA IMPRESIÓN SEA INOLVIDABLE
Retomemos esos instantes memorables con relación a la gente que nos ha sido importante. Recordemos el porqué de esa buena impresión.
Viene a mi mente, respecto a ese alguien que “por alguna razón” nos atrae, la imagen de una chica que atendía una pequeña tienda cerca del lugar donde vivo, desde hace algún tiempo. La joven en cuestión es bonita, pero no necesariamente con esa belleza (concepto tremendamente subjetivo) que imponen los cánones tradicionales en torno a ello. Es bajita de estatura, de no más de 1.60, un poco llenita pero con cuerpo atractivo, con ropa sencilla, pero limpia y cuidada. Sin maquillaje, o muy discreto. Lo que desde el principio llamaba de ella la atención, en demasía, era su sonrisa, también sencilla pero sumamente afable, y una mirada que denotaba tranquilidad, amabilidad y seguridad en sí misma. Un tono de voz dulce pero firme, siempre atenta y con buena energía, acorde a su trabajo.
Al salir del local, era inevitable pensar en ella y quedarse con un concepto en particular: Simpatía. Poco tiempo después, esa simpatía se convirtió en atracción. Confieso que había ocasiones en que desviaba un poco mi camino a modo de pretexto para pasar frente a la tienda, o entrar a comprar algo de forma “casual”.
Cito este ejemplo porque pienso que una persona así es capaz de generar una buena impresión, y mirarse linda y atractiva, con acciones concretas más que con detalles que “obvien” verse así. La sonrisa, el sostener la mirada, el cuidado a su persona y su imagen, sin caer en exageraciones, hacían que no pasara desapercibida desde el primer día. Puedo afirmar que ella se sentía bien consigo misma y eso, quizá de forma involuntaria, generó una sensación de agrado en mí, más que una coquetería como tal. E incluso, y muy importante, me convirtió en un cliente frecuente gracias, en mucho, a esa buena impresión.
LA PRIMERA IMPRESIÓN COMO SINÓNIMO DE CONFIANZA. ALGUNOS BREVES CONSEJOS.
“No hay una segunda oportunidad para causar una buena impresión” afirmó Óscar Wilde.
En el caso de los negocios, aunado a esa amable actitud y lo confiable de una sonrisa, están otros factores de gran importancia. La puntualidad es uno de ellos. El llegar a la hora acordada a una cita indica que te es importante el tiempo de la otra persona y el tuyo propio, y caso contrario es hacerte esperar, pues reflejas descuido en tu planeación y a la postre se interpreta como poco interés.
Mirar a los ojos es otro detalle que siempre se valora. Demanda y otorga atención y claridad.
Claro está que la vestimenta es otro elemento a considerar. El aseo personal es primordial. Te darás cuenta que no importa tanto qué lleves puesto, siempre y cuando sea algo con lo que te sientas bien, esté limpio y te guste, porque eso suele notarse. Si por el contrario, estás sufriendo por una prenda incómoda o por ser demasiado extravagante o incluso estar sucia, también es evidente (y molesto) para tu interlocutor.
Ya he dicho lo importante que es el tono de voz. Ni tan alto ni tan bajo. Ni tan rápido ni tan pausado. Cada palabra que surja espontáneamente, sin pensarse demasiado ni recurriendo a matices forzados, revela asimismo seguridad y preparación.
LA PRIMERA IMPRESIÓN AL NEGOCIAR, PORQUE NEGOCIAR ES ATENDER
Y por lo mismo, evita a toda costa distractores como el celular ¡eso se percibe terriblemente irrespetuoso! Bien puedes atender una llamada importante, pero siempre con discreción y lo más breve que se pueda, priorizando a la persona que tienes enfrente. Lo opuesto puede asegurarte perder a un cliente o persona con quien vas a formar un trato.
Cuida también que tu postura refleje atención y seguridad. Proyectar nervios (como juguetear con los dedos o temblar una pierna al estar sentado) o cruzarse de brazos, da a entender que estás incómodo/a ante la otra persona, y que ansías irte.
DE VUELTA AL INICIO
Cada quien sabe por qué alguien la ha causado una buena primera impresión. Me acuerdo cuando conocí a uno de mis mejores amigos. Fue en el bachillerato. Era medio antisocial, un tanto aislado de los demás, pero al acercarme a preguntarle si quería formar equipo conmigo para realizar un trabajo, se mostró dispuesto y sin la mínima actitud negativa. Hoy, más de 20 años después, sigue siendo una persona en quien más confío y aprecio muchísimo.
Ahora bien, sé consciente que la primera impresión no es, en absoluto, lo que define a una persona. Puede que alguien “te caiga mal” de entrada y después formen una buena relación (laboral, amistosa, amorosa) o quien te provoque una gran primera impresión, pero después de alguna forma te decepcione.
Pero, en la medida en que trabajes en sentirte bien y estar bien contigo mismo/a, como mencionaba al inicio, es más probable que lo proyectes al exterior y las personas recuerden con aprecio esa primera impresión, que siempre será una y solo habrá una primera vez.
REFERENCIAS
https://psicologiaymente.com/social/consejos-dar-buena-primera-impresion