Por Elis Martínez /@Vendedorqueserespeta / CEO de @vqsracademymx
Realmente escribo esta historia en esos días donde nuestra sociedad valora el amor en vitrinas comerciales y restaurantes abarrotados de parejas exhibiendo sus nuevas modas. Familias que se demuestran amor sin tapabocas como si la libertad otorgada por nuestros gobiernos de abrir los comercios y lugares públicos nos otorgara inmunidad con mayor efectividad que vacunas manufacturadas por grandes inversionistas que al igual que el comercio se lucran de la necesidad.
Y no los culpo, pues fui también empujado por la tentación de salir de mi encierro y deleitar una rica comida con mi esposa y mi familia. Me gusta celebrar el amor genuino que solo mi familia me puede dar. Claro, también repito la famosa frase de una canción popular que dice “Porque pa vacilar no hay que salir de Puerto Rico”.
Les cuento que me encuentro trabajando mi primer curso, el cual se titula “El Día en que te conviertes en líder, aprender a desaprender” donde vamos contando las etapas que pasamos los vendedores que se respetan a lo largo de nuestra carrera. Desde que enfrentamos esos miedos y consumimos esa energía con peste a hormonas en esos años que pasamos de niños a adultos.
Luego cuando enfrentamos la cachetada del sistema que nos empuja a estudiar para no morirnos de hambre, dejando a un lado eso de perseguir nuestras pasiones y nuestro elemento. Aprender a vencer los obstáculos y forjarnos en una profesión llena de personas que tildan de no haber estudiado nada o simplemente haber pasado por las universidades estudiando eso que nuestros padres en su amor contaminado con el mismo que inventó el cupido que ha flechado a todos en estos días, decía que es la forma de hacer familia sin morir de hambre.
Lo cierto es que hay algo que define a un vendedor del resto y es esa pasión, energía, coraje de atreverse, arriesgarse y ser más que un vendedor, ser un vendedor que se respeta. Quizás como me ocurrió a mí que tuve que adoptar riesgos de salir de una isla y enfrentar el mundo contra prejuicios, total carencia del idioma que domina nuestra economía y como EL Quijote enfrentarse a grandes molinos de la gran Silicón Valley.
Aprender las diversas culturas de Latinoamérica y convertirme en líder. Y el liderazgo tiene muchas ramas, formas y sabores. No solo poder ser líder de un equipo de ventas, ecosistema, clientes, canales y distribuidores. También existen formas de liderazgo del campo de batalla, basadas en el qué, el cómo y el cuándo y todo se complica aún más cuando eres el líder estratega de la causa, el por qué y el juego infinito.
Les puedo asegurar que no existen reglas y formulas precisas. Lo peor de todo es cuando sin saber un día estás vendiendo en tus mejores momentos, te quejas de la gerencia y cultura, pero sigues haciendo lo más que te gusta hacer, VENDER. Luego te llaman y por ser tan bueno de un día al otro eres tú el jefe que tanto criticabas. Van a existir buenos mentores, lecturas y comunidades como esta que hoy nos pueden facilitar el camino. Pero sin duda, que en cada una de las etapas y ciclo de vida, la regla principal es Aprender a Desaprender. Y creo que esto es lo más difícil en la vida porque muchas veces es desaprender lo que nos ha hecho exitosos o inclusive eso que tanto nos ha gustado hacer.
Estoy muy emocionado por tener esta comunidad y plataforma que nos permite compartir y expresar nuestros conocimientos y experiencias. Veo la foto que he compartido cenando con mi familia y veo a mi hija ya ser toda una mujer y profesional con su novio. Le aconsejo que es momento de desaprender para aprender a enfrentar estas etapas y hasta a ser líder de una familia. No puedo evitar recordar que mi madre en su humildad me daba esa lección de vida de aprender a desaprender cuando me decía… “Junito, Hijo fuiste Padre Serás…”