Respuesta anticipada: No puedes.
El dinero es una herramienta, comencemos por ahí. Mucho se ha hablado de que “el dinero es causante de todas las desgracias sociales” o “no puedo concebir la felicidad sin dinero”. Pero, retomando la primera afirmación, el dinero es eso, una herramienta, y como tal hay que saber tomarla.
El dinero es un vehículo, comparémoslo con ello. Piensa en un automóvil, ya sea que tengas o quieras obtener uno. ¿Para qué sirve? Para transportarte, para llegar a determinados destinos, para viajar con comodidad.
Imagina que tu automóvil, o el que deseas, no sirviese para ese fin. ¿Sería un bonito adorno? Seguramente. ¿Tendría una utilidad similar a la que ya tiene? Definitivamente no.
El objetivo de este medio de transporte es, como ya mencioné, llevarte a algún lugar, trasladarte. Tiene un valor intrínseco porque sirve para algo. Su valor no se limita a lo estético, sino a lo utilitario, con mucha más fuerza. ¿Alguien ha mencionado alguna vez que “odia” a su automóvil? Por sí mismo, no. Tal vez, si le genera problemas, pero no por el solo hecho de existir y lo complicado que es ganárselo.
Piensa en el dinero como una analogía al automóvil (aunque en realidad puede ser cualquier medio de transporte, estrictamente hablando). Si te ha de llevar a conseguir objetivos, a alcanzar destinos, a llegar a metas, no representa, en lo más mínimo, algo negativo. Es algo que, incluso, lo quieres, lo pones coqueto y lo “tuneas”, porque le has otorgado un valor.
Mas, si por el contrario, llegas a un destino robando un vehículo, seguramente te generará una sensación de culpa, malestar, auto engaño y te harás de enemigos, y bien merecidos.
¡NO QUIERO TU COCHINO DINERO!
Al dinero se le suele satanizar. Se dice que quien piensa en él es una persona superflua, vacía, hasta sin escrúpulos. Y no tapemos el sol con un dedo, de que hay este tipo de gente, la hay, pero no significa que saber apreciar al dinero, darle su justo valor, añorarle, saberle ganar, atesorarle, invertirle, destinarle a diversos objetivos, implica tener ese pensamiento superficial e insensible, así, en automático y sin matices.
He leído o escuchado, en múltiples ocasiones, a gente que señala a otra, exhibiéndola y hasta odiándola a través de la afirmación “es que esta persona solo actúa por dinero”. Detengámonos un momento a pensar ¿en realidad eso es negativo? ¿Quién no quiere tener dinero, como recurso, insisto, para llegar a distintas metas, para tener comodidades, tranquilidad, incluso lujos?
Hay personas que le buscan por aquí y por allá. Que realizan varias tareas, que son multifacéticos. Hay quien se dedica a un deporte, o a la actuación, o a cualquier labor, y el dinero que gana lo invierte en un negocio, ya sea de comida, de tecnología, de educación… y se le suele “ver mal”. Se le tacha de ambicioso/a, de insaciable, de acaparador/a, de voraz. Pero, y esto es de suma importancia, si el dinero se gana honradamente, jamás será motivo de vergüenza. Todo aquello que esté enmarcado en trabajo, o en inversión (y créeme que es recomendable invertir) más que un acto vil, es motivo de orgullo.
OK, NO ODIO EL DINERO, PERO ENTONCES ¿QUÉ PUEDO HACER PARA GANARLO?
La respuesta inmediata es: APRENDER A VENDER.
Y no con ello quiero decir que todos nos dediquemos al comercio, en el sentido plano y hasta burdo del término. No es que solo te salgas afuera de tu casa a vender comida, o productos en general.
Vender es una actividad que hacemos constantemente. Nos vendemos como personas, nuestro talento, nuestra fuerza de trabajo, nuestra energía, nuestro empeño, nuestros recursos.
Nos vendemos, aunque suene paradójico, no solo para ganar dinero.
Vendemos nuestras cualidades cuando queremos acercarnos a la persona que nos gusta. Vendemos lo que somos para determinados fines, grandes o pequeños (en un blog anterior desmenucé este tema, que agregaré en las referencias finales).
DINERO DIABÓLICO Y ENDEMONIADO
He utilizado el término “satanización” con toda intención de pensar en ese concepto. ¿Qué ocurre con lo que percibimos como “satanizado”? Quizá pensemos que es pecaminoso, que es malvado, perverso, que es un enemigo, que da miedo, que es cruel, que nos hundirá en el más terrible de los infiernos y que, por ende, conlleva un castigo, y seguro que no será suavecito.
¿Así pensamos respecto al dinero? La intención de este blog es que te alejes de ese tipo de ideas. Incluso, que te atrevas a abrir esa caja pecaminosa y tal vez hasta prohibida, que te acerca al dinero. Ganar dinero, tenerlo, saberlo utilizar, ampliar nuestra baraja de posibilidades en nuestra vida (que se refleje en viajes, educación, gustos gastronómicos, arte, tecnología, acceso a diversas manifestaciones culturales) ¿no suena tentador?
Y ojo, no con ello quiero decir que te inclines por la idea obsesiva de que todo gire en torno al dinero, que lo ganes pisoteando a los demás, que seas déspota (esos ya son otros temas) sino, y en ello hago hincapié, en que es el trabajo lo que te acercará al dinero.
Aprende a ser vendedor, y aprende a ser un Vendedor Que Se Respeta. Vender es un acto empático. Un acto en que ambas partes salen ganando. Algo que hacemos constantemente, de forma consciente o no.
Es hora de tomarlo en serio, dejar de odiar al dinero, de satanizarlo, y saber ganarlo en la medida justa que merece.
Acércate con nosotros, es un placer asesorarte.
REFERENCIAS
http://desaprendiendoeconomia.blogspot.com/2016/05/estoy-seguro-que-en-muchasocasiones-o.html
https://www.eleconomista.com.mx/opinion/La-importancia-real-del-dinero-20180411-0134.html