Se está terminando el año. Lo vemos como una conclusión, aunque, si nos detenemos un brevísimo instante, de 2021 a 2022 no lo separa más que un segundo, un parpadeo, un momento exactamente igual a cualquier otro que, sin embargo, nos significa mucho en nuestras vidas y se escribe en nuestra historia como un evento excepcional.
En este sentido, los ciclos que se cierran no son más que un símbolo, una idea que adoptamos y le damos una significación particular que implica una delimitación, y es lo que, a su vez, dota de sentido a nuestra vida.
Cerrar es tan importante como iniciar. La decisión que tomamos de emprender una acción, de arrancar un proyecto, es tan relevante como culminarlo.
Sea para algo agradable o doloroso, nuestro desarrollo como humanos está constituido por ciclos. Nuestra vida se compone de una serie de situaciones únicas en sí mismas, aunque en mucho sean o lleguen a ser semejantes.
APRENDIZAJES A MODO DE RECUENTO, DE REFLEXIÓN Y DE PROYECCIÓN
Cada ciclo es aprendizaje. Conviene recordar qué personas han sido significativas en nuestra vida, qué experiencias se han adquirido y qué sensaciones experimentamos al respecto.
A las personas las conocemos en momentos específicos. ¿En este año, a quién conociste que se ha integrado a tu vida? ¿A quién ya no ves? ¿Qué momentos concretos se quedan como parte de lo que no se irá, o difícilmente se podría olvidar, y se vuelve parte de tu biografía?
La conciencia que tenemos respecto a esos detalles, conlleva asimismo un gran apoyo en el rubro del emprendimiento. Ser consciente de esos hechos para tener claridad sobre qué ciclos se han cerrado o han comenzado su proceso.
ESTE CICLO NO CIERRA, Y NO LO QUIERO CERRAR
En el plano psicológico, suele haber una considerable cantidad de situaciones que nos cuesta trabajo cerrar, o las evadimos para que no se cierren. El hecho de que tengamos noción clara sobre qué es lo que vivimos, nos sirve también como apoyo para dar nuevos pasos, alcanzar metas y no estancarnos. Nuevamente visualizar el aprendizaje, sea mucho o poco, y también, si es necesario, perdonarnos por errores cometidos, que más que una auto flagelación, hay que orientarlos hacia la experiencia.
Es tan importante observar los logros como los errores, o incluso los fracasos. Es un temor frecuente no quererles enfrentar. Lo mismo sucede con aquello que nos duele: algo o alguien que perdimos, algo que anhelábamos y no llegó, algo que no se cumplió. Todo, absolutamente todo, forma parte de nuestra vida y es necesario darle su justo lugar a cada momento. Entender que lo pasado no desaparece, ni desaparecerá, pero se cierra. Que lo agradable y lo desagradable otorgue enseñanzas y que eso nos convierta en seres más conscientes.
NUEVO AÑO, NUEVAS OPORTUNIDADES
Cada fin de año nos planteamos, a veces hasta el hartazgo, lo mejores que seremos con la llegada de un nuevo número al calendario. Diremos adiós a los malos hábitos, aunque sea paulatinamente, alcanzaremos nuevas metas, conoceremos al amor de nuestra vida (o nos consolidaremos con una pareja), lo que sea, es común plantearse “propósitos” para mejorar.
Esto, por supuesto, no es negativo ni está “mal”. El asunto es, en este caso, que seamos realistas y le demos un cicloa cada hecho, que tracemos algo tangible, con principio y final, para llegar a consecuencias en conjunto, no meramente a sueños bien intencionados.
La palabra “oportunidad” tiene sus matices. Llevémoslo a un plano recurrente a la hora de pedir “deseos”, como es frecuente en estas fechas. Imagina que tienes la oportunidad de conseguir una relación amorosa, que de hecho eso quieres, pero no te atreves porque “aún te duele tu ex”. Cerremos ciclos. Reconoce al pasado como lo que es, con toda su definición; que no se irá de tu vida, pero tampoco ya ES, en tu presente.
Pensemos que emprenderás un negocio, pero da miedo, porque ya has conocido el fracaso en el pasado. Mismo caso. Cada momento es diferente, cada uno es un ciclo, y ellos se presentarán ¿cuánto tiempo? Lo que dure la vida en sí y la cantidad que estemos dispuestos a permitir. Le apuesto a permitir todos los que vengan, mientras estemos vivos.
En este sentido, envejecer no es solo algo vinculado con la edad, sino con la actitud que asumimos ante la vida. Entender que hay ciclos que se cierran o se deben cerrar y que existe una infinidad de nuevas posibilidades que escriben la historia.
Que nuestro cerebro está creado para aprender, y que demanda ejercicio.
Aprender idiomas, conocer diversas culturas, probar nuevos sabores, abrir la puerta a personas nuevas, y, asimismo, dejar ir.
Ojalá este ciclo que va a empezar, 2022, venga cargado de aprendizajes y experiencias, y que sean positivas, de crecimiento, consolidación, de experimentación que nos resulte benéfica.
Hemos vivido momentos muy difíciles, un momento histórico en el que muchas actividades se transformaron; perdimos empleos, seres queridos y demás, pero, si estás leyendo esto, sigues contando con posibilidades. Cierra ciclos, y dale la bienvenida a lo nuevo.
Que este año que está concluyendo lo mires con gusto en tus recuerdos, con todos sus matices, texturas y tamaños.
Feliz nuevo año, que está por comenzar.
REFERENCIAS
https://www.forbes.com.mx/un-ano-que-termina-es-una-nueva-oportunidad-que-comienza/
https://www.rompeviento.tv/la-importancia-de-cerrar-ciclos/
https://www.gestiopolis.com/importancia-de-cerrar-ciclos-y-abrir-nuevas-puertas-en-tu-vida/