No quiero cansarte con más teorías o datos que al final serán irrelevantes en los momentos que te pongas a prueba si eres o no un verdadero emprendedor. Mejor voy a contarte una historia; que estoy seguro te hará entender mejor la anatomía de un verdadero emprendedor en México.
En un pueblo lejano existió la hija de un empresario, quién se quejaba día a día de lo difícil que era su vida, de lo duro que era para ella seguir avanzando. Estaba cansada de luchar y no tenía ganas de nada porque cuando un problema se solucionaba aparecía uno nuevo, y eso le hacía resignarse y sentirse vencida, su padre le pidió acercarse a la cocina y sentarse frente a él, tomó 3 recipientes y los puso frente al fuego, cuando el agua comenzó a hervir, colocó en un recipiente una zanahoria, en otro un huevo, y en el ultimo granos de café.
Los dejó hervir sin decir palabra. Cuando la hija no comprendía que era lo que su padre hacía, pasando 10 minutos sacó la zanahoria, los huevos y finalmente coló el café, la miro y le dijo ¿Qué vez?, ella respondió; “zanahoria, huevos y café”, la hizo acercase y tocar la zanahorias, notó que estaban blandas, lo mismo hizo con el huevo y este estaba duro, y finalmente le pidió tomar el café el cual tenía una aroma extraordinaria, y ella le preguntó a su padre:
– ¿Qué significa esto?
-Él le respondió, mira; los tres ingredientes habían experimentado lo mismo pero cada uno reaccionó en forma completamente diferente, la zanahoria llegó dura y se emblandeció, el huevo llegó frágil y después se endureció, el café sin embargo era único, este había cambiado el agua, a lo que preguntó:
-¿Cómo eres tú?
Con este pequeño relato, entenderás que el Emprendedor Mexicano es el mejor ejemplo de transformación, en un mundo incierto, cambiante y ambiguo donde la subsistencia del negocio. Todos los días está en juego, se necesita ponerse blando y pensar en positivo, como la zanahoria.
En los primeros años del emprendimiento en México el 95% de las empresas fracasan y la adaptación y transformación como el café, es indispensable, es decir el entorno no debe definir el resultado, sino lo que hacemos con éste. No rendirse y confiar en tu propia capacidad y desempeño, no olvides que una idea no vale nada, lo que verdaderamente vale es la ejecución de esta.
Y por último, dispuesto a enfrentar lo incierto sacando lo mejor; como el huevo, frágil por lo prematuro y nuevo de su idea emprendedora, pero cada día más sólido por dentro, para ello no debes permitir rodearte de personas que aportan poco o nada, además transformar tu débil idea, finanzas y equipo, cada vez que el ambiente difícil te lo exige, para que finalmente te conviertas en un verdadero empresario.
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